La mayoría de las personas piensa que la extracción de los minerales tiene un impacto medioambiental nocivo. Pero en realidad este impacto puede ser minimizado. Por supuesto, se necesita cumplir con los estándares tecnológicos.
La lama arcillosa y salina,
los residuos de halita son inevitables
en la extracción de potasio. Pertenecen
a la clase V de residuos, es decir, casi no presentan peligro. También pueden servir
de relleno de las minas reduciendo
de este modo los riesgos geológicos
y el impacto medioambiental.
Otro factor del posible impacto
ecológico es el vertido de los desagües
en los embalses. El volumen de desagües
no supera los volúmenes permitidos. Para
reducir el volumen de los desagües aumentan
los volúmenes del agua reciclada. Los principales
elementos nocivos en los desagües
son las sales solubles (cloruro de sodio,
cloruro de potasio) que en bajas
concentraciones no presentan ningún
peligro en las aguas fluviales.
En lo que toca
a la atmósfera, el impacto
sobre el aire abierto durante
la producción del cloruro de
potasio es mínimo. Los principales
elementos nocivos (cloruro de sodio,
cloruro de potasio, óxido de nitrógeno y monóxido de carbono) penetran en la atmósfera durante la desecación
del producto final y los gases
de escape son sometidos a una
purificación de dos etapas.